Ya te hemos hablado de la Jornada de Puertas Abiertas que celebramos en la Fundación Amanecer el pasado 17 de junio. De hecho, en este post, te contamos todo lo que ibas a encontrar al llegar a nuestro centro.
Ahora que ha pasado y lo podemos mirar con un poco de distancia, queremos contarte cómo se desarrolló la tarde, todo el trabajo previo y si mereció o no la pena… Porque si, aunque cueste creerlo, celebrar unas jornadas de puertas abiertas implica muchas horas de trabajo y preparación ¡Y no fue nada fácil!
Empecemos por el principio
Si te decimos que había mucha gente… ¿Cuántas personas crees que nos reunimos? ¡Más de 100! Si. Más de 100 personas pararon durante una tarde entera sus vidas para venir a conocer la Fundación Amanecer.
Así que si, después de dos años de pandemia, logramos crear un momento único de reencuentros, emociones y mucha ilusión.
¿Cómo se desarrolló la jornada?
Todas las personas de la Fundación Amanecer (equipo y usuarios) estábamos ya dentro con los preparativos mucho antes de que empezase a llegar la gente. Se palpaban los nervios y se podía ver como cada uno de nosotros repasaba la tarea que le tocaba realizar para que todo saliera bien.
A las 17.30 empezasteis a llegar ¡Y ya no había marcha atrás! Os recibimos con un eje cronológico de todos los hitos importantes que hemos vivido desde que la Fundación Amanecer fue creada hasta hoy, incluyendo distintas leyes y momentos importantes como la llegada de la Covid-19.

Después llegó el momento de conocer el taller de carpintería (y si, conseguimos que nadie se cayese por las escaleras). Ese sitio que, a pesar del peligro que pueda parecer que tiene con tantas herramientas, logró salvarnos la vida gracias a su temperatura. Porque, por si no te acuerdas, la ola de calor no nos perdonó nada ese 17 de junio.
En el taller de carpintería, los usuarios y usuarias se pusieron al mando de la jornada para explicar cada una de las actividades que se realizan en los distintos puestos de ese sótano.

Y después directos al comedor. Si, algo de picoteo teníamos (y mucha bebida, que era más que necesaria), pero ese no era el objetivo de reunirnos todos y todas en esa sala. Allí, pudimos escuchar algunas palabras de Maravillas Galiana, presidenta de la Fundación Amaneceer, y de Alberto Fernández, vicepresidente y encargado del area de voluntariado. Te mentiríamos si te decimos que no nos emocionamos al escucharle.
Pero ahí no se quedó todo, después pudimos ver un video muy emotivo con todo nuestro recorrido desde que nace este proyecto hasta hoy, cómo hemos evolucionado, crecido y cambiado durante tanto tiempo. Y, por supuesto, no nos perdimos nuestro corto «Lazos (in)visibles» ni una actuación de los usuarios que forman parte del grupo de teatro de Intra.
Y después de soltar todas las emociones, discursos y actuaciones que llevábamos preparadas para la ocasión, abrimos nuestra tienda, dejamos en vuestras manos todo el trabajo artesanal que realizamos en los distintos talleres del COFIL.
Y también contamos con un muro que llenasteis de mensajes preciosos que queremos compartiros:
Agradecimientos
Así que sí, todo salió a pedir de boca. Si tuviéramos que cambiar una cosa de ese día, desde luego sería el calor que pasamos, pero, por supuesto, no dependía de nosotros.
Os agradecemos a todas las personas que vinisteis a vernos, apoyarnos y formar parte de esta familia tan bonita que cada día crece más. Os regalamos un pequeño resumen de lo que fue la jornada: