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Desmontando mitos sobre la discapacidad intelectual

¿Qué es un mito?

Un mito es una idea que muchas personas creen,
pero que no es cierta.

Sobre la discapacidad intelectual hay muchos mitos.
Esos mitos hacen daño y no ayudan a la inclusión.

En este texto vamos a explicar 4 mitos
que no son verdad.

Mito 1: “Las personas con discapacidad intelectual no pueden trabajar”

Este mito no es verdad.

Muchas personas con discapacidad intelectual
sí pueden trabajar.

Pueden hacer trabajos en restaurantes, oficinas,
jardines, almacenes y muchos lugares más.

Solo necesitan apoyos adecuados
para hacer bien su trabajo.

Trabajar es un derecho y es muy importante
para sentirse útil, tener autonomía
y participar en la sociedad.

Mito 2: “Siempre necesitan que alguien les vigile”

Algunas personas necesitan más ayuda que otras.
Pero muchas personas con discapacidad intelectual
pueden hacer muchas cosas solas o con poca ayuda.

Por ejemplo:

  • Coger el autobús.
  • Hacer la compra.
  • Ir a trabajar.
  • Vivir solas o con amigos.

Cada persona es diferente.
Lo importante es ofrecer los apoyos que necesita
para vivir su vida con libertad.

Mito 3: “Son como niños”

Esto no es verdad.

Las personas con discapacidad intelectual
son personas adultas.

Tienen sentimientos, deseos, opiniones
y toman decisiones.

Hablarles como si fueran niños
es una falta de respeto.

Todas las personas merecen respeto,
sean como sean.

Mito 4: “No pueden decidir por sí mismas”

Todas las personas tienen derecho a decidir
sobre su vida.

A veces necesitamos ayuda para entender mejor
y tomar decisiones.
Eso también les pasa a muchas personas sin discapacidad.

Con apoyos adecuados,
las personas con discapacidad intelectual
pueden tomar decisiones importantes:

  • Dónde quieren vivir.
  • Qué trabajo quieren hacer.
  • Con quién quieren pasar su tiempo.

Decidir por sí mismas les hace más libres y felices.

¿Cómo podemos ayudar?

Para romper los mitos y tener una sociedad mejor,
podemos hacer estas cosas:

  • Escuchar a las personas con discapacidad.
  • Hablar con respeto.
  • Ver todo lo que sí pueden hacer.
  • Ofrecer ayuda cuando la necesiten.
  • Darles voz y espacio para participar.

Conclusión

Las personas con discapacidad intelectual
tienen los mismos derechos que todas.

Pueden trabajar, vivir con autonomía
y tomar decisiones.

Desde Fundación Amanecer trabajamos
para que todas las personas
puedan vivir con dignidad y respeto.

Y tú también puedes ayudar.
¿Cómo?
¡Cambiando tu mirada!

 

Abrir Texto de Lectura Fácil
mitos, discapaciadad

¿Qué es un mito?

Un mito es una idea que muchas personas creen,
pero que no es cierta.

Sobre la discapacidad intelectual hay muchos mitos.
Esos mitos hacen daño y no ayudan a la inclusión.

En este texto vamos a explicar 4 mitos
que no son verdad.

Mito 1: “Las personas con discapacidad intelectual no pueden trabajar”

Este mito no es verdad.

Muchas personas con discapacidad intelectual
sí pueden trabajar.

Pueden hacer trabajos en restaurantes, oficinas,
jardines, almacenes y muchos lugares más.

Solo necesitan apoyos adecuados
para hacer bien su trabajo.

Trabajar es un derecho y es muy importante
para sentirse útil, tener autonomía
y participar en la sociedad.

Mito 2: “Siempre necesitan que alguien les vigile”

Algunas personas necesitan más ayuda que otras.
Pero muchas personas con discapacidad intelectual
pueden hacer muchas cosas solas o con poca ayuda.

Por ejemplo:

  • Coger el autobús.
  • Hacer la compra.
  • Ir a trabajar.
  • Vivir solas o con amigos.

Cada persona es diferente.
Lo importante es ofrecer los apoyos que necesita
para vivir su vida con libertad.

Mito 3: “Son como niños”

Esto no es verdad.

Las personas con discapacidad intelectual
son personas adultas.

Tienen sentimientos, deseos, opiniones
y toman decisiones.

Hablarles como si fueran niños
es una falta de respeto.

Todas las personas merecen respeto,
sean como sean.

Mito 4: “No pueden decidir por sí mismas”

Todas las personas tienen derecho a decidir
sobre su vida.

A veces necesitamos ayuda para entender mejor
y tomar decisiones.
Eso también les pasa a muchas personas sin discapacidad.

Con apoyos adecuados,
las personas con discapacidad intelectual
pueden tomar decisiones importantes:

  • Dónde quieren vivir.
  • Qué trabajo quieren hacer.
  • Con quién quieren pasar su tiempo.

Decidir por sí mismas les hace más libres y felices.

¿Cómo podemos ayudar?

Para romper los mitos y tener una sociedad mejor,
podemos hacer estas cosas:

  • Escuchar a las personas con discapacidad.
  • Hablar con respeto.
  • Ver todo lo que sí pueden hacer.
  • Ofrecer ayuda cuando la necesiten.
  • Darles voz y espacio para participar.

Conclusión

Las personas con discapacidad intelectual
tienen los mismos derechos que todas.

Pueden trabajar, vivir con autonomía
y tomar decisiones.

Desde Fundación Amanecer trabajamos
para que todas las personas
puedan vivir con dignidad y respeto.

Y tú también puedes ayudar.
¿Cómo?
¡Cambiando tu mirada!

 

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Tenemos una mala noticia: A pesar de los avances sociales y legislativos, todavía persisten estereotipos y prejuicios que limitan la participación plena de las personas con discapacidad en la sociedad. Estos mitos no solo desinforman, sino que también perpetúan barreras y desigualdades.

Pero también tenemos una buena noticia: Existen muchas personas y entidades como la nuestra que trabajan a diario para combatir todos esos mitos que existen en torno a la discapacidad intelectual o del desarrollo. Acompáñanos a desmentirlos:

Mito 1: “Las personas con DID no pueden trabajar”

Este es uno de los mitos más extendidos. Se asume erróneamente que las personas con discapacidad intelectual no pueden realizar tareas laborales, cuando lo cierto es que muchas de ellas tienen habilidades, competencias y ganas de trabajar.

Con los apoyos adecuados —como la figura del preparador laboral o programas de empleo con apoyo como los que llevamos a cabo en la Fundación Amanecer— pueden desempeñar distintos puestos de trabajo. No olvidemos que todas las personas necesitamos apoyo en determinadas situaciones.

El acceso al empleo no solo es un derecho, sino también una fuente de autoestima, independencia y pertenencia. Negar esta posibilidad por prejuicio es una forma de exclusión que debemos erradicar.

Mito 2: “Siempre necesitan supervisión”

Aunque algunas personas pueden requerir apoyos más continuados, no todas las personas con discapacidad intelectual necesitan supervisión constante. Como en cualquier grupo social, existe una gran diversidad de niveles de autonomía.

Muchas personas llevan una vida adulta activa y autónoma, toman el transporte público, hacen la compra, manejan su dinero, trabajan o viven de forma independiente, con apoyos puntuales. De hecho, este es el objetivo con el que trabajamos de forma incansable en la Fundación Amanecer: la autonomía e independencia de las personas usuarias de nuestro centro.

El enfoque actual, centrado en la persona, busca empoderar y respetar las decisiones individuales, reconociendo que los apoyos deben adaptarse a las necesidades, no imponer restricciones innecesarias.

Mito 3: “Son como niños y niñas”

Eliminemos ya esta visión infantilizada de nuestra sociedad, que es una de las más dañinas. Tratar a una persona adulta con discapacidad intelectual como si fuera un niño o una niña anula su capacidad de autodeterminación, invisibiliza sus emociones y deseos, y puede incluso abrir la puerta a situaciones de abuso o sobreprotección.

Las personas con discapacidad intelectual son adultas con identidad, derechos, sexualidad, deseos y opiniones. Tienen derecho a ser tratadas con el respeto y la dignidad que corresponde a cualquier persona adulta.

Este mito, además, limita las oportunidades de crecimiento personal y social. Es necesario fomentar una imagen más realista y respetuosa.

Mito 4: “No pueden decidir por sí mismas”

La toma de decisiones es un derecho fundamental, y no debe negarse por el hecho de tener una discapacidad. Este mito parte de una concepción paternalista que asume que “otros saben mejor” qué es lo adecuado y limita el desarrollo de las personas.

Como mencionamos antes, todos necesitamos apoyo para tomar decisiones en distintos momentos de la vida. Lo importante es garantizar que ese apoyo sea comprensible, accesible y respetuoso con la voluntad de la persona. Por esto – entre otras cosas – es fundamental contar con documentos en lectura fácil y un círculo de apoyo que acompañe desde el entendimiento y la libertad.

Existen metodologías y herramientas que facilitan la toma de decisiones, como los planes de vida centrados en la persona o los sistemas de apoyos naturales. La clave está en sustituir el “decidir por” por el “decidir con”.

Cómo cambiar la mirada social

Desmontar mitos es el primer paso para construir una sociedad más inclusiva. Pero también es necesario promover un cambio de mirada: dejar de centrarnos en las limitaciones y empezar a reconocer capacidades, intereses, talentos y derechos.

  • Algunas acciones que pueden ayudar son
  • Promover el contacto directo y el conocimiento mutuo
  • Visibilizar experiencias reales y positivas
  • Usar un lenguaje respetuoso y no infantilizante
  • Ofrecer espacios de participación y expresión
  • Apoyar políticas públicas basadas en la inclusión y la accesibilidad

En definitiva, derribar mitos no es solo cuestión de información, sino de empatía y compromiso. Las personas con discapacidad intelectual son ciudadanas de pleno derecho, con mucho que aportar si la sociedad les da las oportunidades y los apoyos que necesitan.

Desde la Fundación Amanecer trabajamos para construir una sociedad más justa, donde cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida con dignidad, autonomía y participación. Y para ello, necesitamos también tu mirada y compromiso.