Hablemos de desigualdad en todos los ámbitos de la vida. Hoy en día, por suerte, son muchos los colectivos tradicionalmente oprimidos los que alzan la voz y luchan tanto por sus derechos como por dar a conocer su realidad.
En muchos casos, una persona concreta sufre desigualdad por varios puntos al pertenecer a distintos colectivos oprimidos, esta es la situación de muchas mujeres y niñas con condición de discapacidad.
Desde 1975, se conmemora por la ONU el Día Internacional de la Mujer, y casi cinco décadas después, las calles se siguen llenando de miles de personas dispuestas a reclamar igualdad salarial, leyes que protejan, que se reduzcan las situaciones de abuso… Y nosotros hoy venimos a abrir un melón: ¿De qué mujeres?
Qué implica mujer con discapacidad
Como ya veníamos adelantando, ser mujer y tener una condición de discapacidad, es la suma perfecta para que, de un modo u otro, sufras algún tipo de discriminación a lo largo de tu vida. Y esto no debería ser así.
Pero ¿alguien se ha parado a pensar en esto en algún momento? Ya lo hablamos hace un tiempo en nuestro post Violencia de género y discapacidad. Pero hay cuestiones alarmantes que no se nos van de la mente: “Las mujeres que tienen una discapacidad acreditada son especialmente vulnerables a la violencia de género, tanto dentro como fuera de la pareja, según los resultados de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 del Ministerio de Igualdad.”
La discapacidad es algo transversal que afecta a todos los ámbitos de la vida, y ser mujer, también. ¿Qué queremos decir con esto? Que es imposible desprenderse de cualquiera de estas dos condiciones y es necesario luchar para que ninguna de ellas sea causa o justificación para sufrir algún tipo de violencia.
¿Cómo podemos acercar el feminismo a las mujeres con discapacidad?
Prevenir, concienciar y acompañar, es esencial a la hora de hablar de cualquier tipo de discriminación o violencia, y no hablamos, únicamente, de acompañar a las mujeres con discapacidad intelectual, que hoy son nuestras protagonistas. También es fundamental prestar atención a sus entornos y aportar las herramientas necesarias para que sepan actuar en cualquier situación.
Tanto los familiares como quienes nos dedicamos al trabajo social, debemos estar plenamente capacitados para saber detectar posibles situaciones de violencia machista y actuar en consecuencia.
Para que esto ocurra, entidades como Plena Inclusión, realizan jornadas formativas como la que tuvo lugar el pasado mes de septiembre con el objetivo de ofrecer a las personas encargadas de los recursos de atención a la dependencia, claves y herramientas para una mejor intervención ante situaciones en las que las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo son, o pueden haber sido, víctimas de violencia de género.
Por supuesto, debemos tener siempre en mente cuáles son los pasos a seguir en caso de sufrir algún tipo de discriminación y cómo se denuncian los delitos de odio.
Y por si fuera poco, contamos con el Protocolo para la Atención a Mujeres con Discapacidad Víctimas de Violencia presentado por La Fundación CERMI Mujeres (FCM) para poner a disposición de la comunidad y profesionales un instrumento para atenderlas y contribuir así a mejorar su calidad de vida y defender sus derechos.
Nuestro papel desde la Fundación Amanecer
Si nos ponemos a calcular la cantidad de horas que los usuarios de nuestro centro pasan con el equipo de la Fundación Amanecer, probablemente no acabaríamos nunca. Y es que, indudablemente, somos el día a día de estas personas. Por lo que nuestra labor es crucial.
En nuestro trabajo por desarrollar la mayor independencia posible y tratar de aportar herramientas válidas y útiles para la vida cotidiana de las personas que vienen a la Fundación Amanecer día a día, entra la labor de prevenir y acompañar en caso de que sea necesario.
La concienciación en nuestro centro es una pieza fundamental para construir y caminar de la mano de personas seguras y capaces de diferenciar situaciones de abuso, acoso o maltrato.
Si entras a nuestro centro, te encontrarás con varios carteles que, día a día, nos recuerdan cuáles son las situaciones que no podemos tolerar y los tratos que debemos exigir al resto. Porque en la Fundación Amanecer, hablamos sin tapujos ni miedo para evitar, por todos los medios posibles, que la violencia de género penetre en las personas que día a día comparten tiempo y espacio con nosotros.