Es un hecho, la inclusión social proporciona a las personas con discapacidad intelectual un sentido de pertenencia y valoración en la sociedad y el entorno laboral. Esto puede ayudarles a desarrollar una mayor confianza en sus habilidades y a tener una imagen positiva de sí mismos.
Además, al participar en un entorno laboral inclusivo, las personas con discapacidad intelectual tienen la oportunidad de adquirir y desarrollar habilidades laborales específicas, lo que les brinda la posibilidad de mejorar su empleabilidad y tener un mayor nivel de independencia.
Pero los beneficios de la inclusión tanto social como laboral, no recaen solo en las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Las empresas que forman parte de la rueda de la inclusión, también obtienen numerosos beneficios:
- Diversidad de talento: Al incluir a personas con discapacidad intelectual en el entorno laboral, las empresas pueden acceder a un talento diverso y único. Estas personas aportan perspectivas y habilidades diferentes, lo que puede impulsar la creatividad, la innovación y la resolución de problemas dentro de la organización.
- Mejora del clima laboral y la cultura organizacional: La inclusión social fomenta un ambiente de trabajo más inclusivo, respetuoso y colaborativo. Esto puede contribuir a un clima laboral positivo, donde los empleados se sienten valorados y motivados. A su vez, esto puede fortalecer la cultura organizacional y promover el trabajo en equipo.
- Imagen positiva y reputación de la empresa: Las empresas que priorizan la inclusión social y demuestran un compromiso con la diversidad suelen tener una mejor imagen y reputación ante sus clientes, proveedores y la comunidad en general. Esto puede generar lealtad y preferencia hacia la empresa, y atraer a clientes y talentos comprometidos con los valores de inclusión.
Ahora bien, la inclusión laboral no se centra únicamente en formar y contratar a personas con diferentes discapacidades. La inclusión laboral pasa por generar un entorno de trabajo en el que la inclusión social sea indiscutible. Por eso mismo, queremos ayudarte a generar ideas sobre cómo fomentar la inclusión social en el entorno laboral.
Entendiendo la inclusión social
La inclusión social no hace referencia, únicamente, a la posibilidad de que personas con discapacidad ocupen espacios. Con eso contamos. Las personas con discapacidad intelectual están y existen en el mismo mundo que el resto de personas. Esto va más allá.
La inclusión social parte de la igualdad de oportunidades y el respeto. De la posibilidad de que cualquier persona tenga el mismo acceso a recursos, instalaciones, puestos de empleos, etc. Y de que se las tenga en cuenta de igual forma que a todas las demás personas.
Y el respeto está muy relacionado con otro de los pilares fundamentales de la inclusión: la participación activa. Inclusión social y laboral no es que una persona con discapacidad ocupe un puesto de trabajo, es que pueda participar, de igual manera que el resto de sus compañeros, en nuevas ideas, propuestas y mejoras.
Estrategias para fomentar la inclusión social en el entorno laboral
Políticas y prácticas inclusivas
Ya sabemos que la intención no lo es todo, por eso te animamos a que introduzcas en tu empresa políticas de igualdad de oportunidades y no discriminación. Y por supuesto, será imprescindible adoptar medidas de accesibilidad en el lugar de trabajo.
Para que una empresa sea inclusiva, todos los miembros de la misma deben serlo con sus actitudes y comportamientos, por eso, además de fomentar de la diversidad y la inclusión en la contratación, es importante dedicar tiempo en la concienciación del resto del equipo. Lo que nos lleva al siguiente punto.
Sensibilización y capacitación
El personal debe contar con la sensibilización pertinente sobre la importancia de la inclusión social. Por lo que, además de generar contenidos de interés que divulguen, debemos promover prácticas respetuosas e inclusivas entre los propios miembros del equipo. Para ello, existe la posibilidad de ofrecer programas de formación específicos para los líderes y gerentes.
Apoyo y adaptaciones razonables
Por supuesto, la inclusión laboral (y social) requiere de iniciativas, concienciación y esfuerzos por parte de la empresa para que, de verdad, la inclusión sea real y funcione. Por eso mismo, te proponemos implementar programas de apoyo y mentorías para las nuevas personas que se incorporen y cuenten con algún grado de discapacidad.
En esta misma línea, es importante realizar adaptaciones razonables para garantizar la igualdad de oportunidades, y, por supuesto, crear entornos de trabajo flexibles y personalizados.
En definitiva: La inclusión social y laboral son una necesidad de nuestra sociedad y es nuestro deber como individuos y como empresas trabajar para que se cumplan. Pero además son dos cuestiones que van de la mano y de ninguna manera podrán convivir una sin la otra. Adaptar el entorno y buscar la manera de comprenderlo y modificarlo para que quepamos en él todos y todas, es un gran paso que todas las empresas deberían dar.