¿Sabes que existe un día concreto en el que se celebra la salud mental? El 10 de octubre es el día mundial de la salud mental. Probablemente, si tienes redes sociales, has visto muchas publicaciones haciéndose eco de esta efeméride. Pero ¿sabes quiénes son los grandes olvidados de esta realidad?
Cada vez más personas hablan de salud mental, cada vez conocemos más perfiles públicos que divulgan y comparten información relevante sobre estos temas que, hasta hace muy poquitos años, han sido tabú, y eso es algo que nos alegra enormemente. Pero no se nos puede olvidar que la salud mental debe ser algo al alcance de todos y todas.
Pongamos los datos sobre la mesa
“La atención a la salud mental de las personas y comunidades es condición indispensable para el desarrollo de calidad de vida y el ejercicio pleno de una ciudadanía en la que se conjuguen los derechos y deberes”. – Ministerio de Sanidad sobre la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026
Pero ¿cuál es la realidad a la que nos enfrentamos en España? No podemos olvidarnos del momento histórico en el que vivimos. Hemos pasado por una pandemia mundial que nos ha encerrado durante mucho tiempo en nuestras casas y nos ha obligado a cambiar por completo la manera de ver y relacionarnos con el mundo. La crisis económica y energética en la que nos encontramos nos afecta. Todo lo que ha sucedido y sigue sucediendo, repercute en nuestras emociones, preocupaciones, pensamientos y, desde luego, la forma en la que nos enfrentamos a ellos.
Según Fundamed (2021), “casi 3 millones de personas tienen un diagnóstico de depresión en España, lo que la convierte en la enfermedad mental más prevalente en nuestro país”. Aún así, en España contamos, únicamente, con 6 psicólogos de la seguridad social por cada 100.000 habitantes. Una cifra que, ni de lejos, podría llegar a solventar de manera eficiente todos los trastornos, problemas o preocupaciones de la población de nuestro país
Generalmente, suele resultar complicado acceder a un servicio realmente eficiente de psicología a través de la seguridad social. Pero ¿Le sumamos más complicaciones? Según un estudio realizado por Plena Inclusión, el 34,02% de las personas con discapacidad intelectual tienen un diagnóstico de enfermedad mental, tienen problemas de conducta o consumen psicofármacos. ¿Cómo se trata la salud mental de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo? ¿Se realiza un seguimiento real y eficaz de estas personas? ¿Se ofrece acompañamiento y soluciones que aporten beneficios y un avance en la salud mental de quienes sufren esta realidad? Esto es algo que nos preocupa mucho. Hablemos sobre ello.
La realidad de la salud mental en personas con discapacidad intelectual o del desarrollo
1 de cada 3 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, tiene un diagnóstico formal de enfermedad mental. La esquizofrenia o los trastornos afines a esta, es el diagnóstico más frecuente, seguido por trastornos del humor afectivos. (Fuente: Plena Inclusión Castilla y León)
Según este mismo informe, el perfil de las personas con discapacidad intelectual que tienen un diagnóstico de enfermedad mental, (El 35,46%), problemas de conducta (56,28%) o consumen psicofármacos (94,97%), son personas con más necesidades de apoyo, bien por edad, por grado de discapacidad o por la modificación de su capacidad.
Como estamos viendo, gran parte de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo tienen algún problema de salud mental. Si a esto le sumamos la (ya mencionada) carencia de medios para tratarlos de manera pública y accesible… Mezcla explosiva.
Y aún así, debemos mencionar que gran parte de las personas con discapacidad intelectual que presentan ciertos trastornos o problemas relacionados con la salud mental, no son diagnosticadas, ya que debido a la condición de discapacidad, dichos trastornos pasan desapercibidos. A esto lo llamamos: Efecto eclipsador de la discapacidad intelectual.
Es decir, puesto que estas personas cuentan con una condición de discapacidad, se da por hecho que los síntomas que aparecen debido a los problemas de salud mental que el paciente sufre, se deben a esa situación de discapacidad y, por tanto, se pasan por alto.
Esto, sin duda alguna, es discriminación, y no favorece, de ninguna de las maneras, que exista una inclusión real de las personas con discapacidad, ya que desde las propias instituciones se les trata y diagnostica de manera diferente a como se hace con personas que carecen de una condición de discapacidad.
Pongamos nuestro granito de arena
Como decíamos al principio de este post, cada día hay más personas implicadas con la salud mental de los individuos y vemos cómo crece la conciencia generalizada en torno a este tema. Por eso, creemos que es un buen momento para lanzar una nueva pregunta que puede abrir mentes: ¿Te importa la salud mental de todas las personas sin importar su condición?
Si la respuesta es sí, te aconsejamos que te informes y busques la manera acertada de contribuir en un buen desarrollo de la sociedad. La inclusión es una cuestión trasversal que atraviesa todos los ámbitos de la vida, y la salud es, sin duda, uno de ellos.
La salud mental de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo es igual de importante que la de aquellas personas que no tienen esa discapacidad. Y no debemos pasarla por alto.
Nunca demos por hecho las cosas, si conocemos a alguien en situación de vulnerabilidad, estemos alerta, fijémonos en los pequeños detalles sin ser catastrofistas, cuidemos de las personas que nos rodean sea cual sea su condición. Animémonos a hacer voluntariados y servir de apoyo para generar una red de confianza en una sociedad cada vez más justa e igualitaria.
La salud mental es importante y fundamental para el buen desarrollo de las personas. Y todos y todas merecemos disfrutar de una buena salud y tratamiento de la misma.
Bibliografía
- Personas con discapacidad intelectual y alteraciones de la salud mental. Plena Inclusión Castilla y León.
- Discapacidad intelectual y salud mental. Guía práctica.