Ya hemos hablado en más de una ocasión sobre la importancia de apostar por la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Hoy, profundizamos más en esta cuestión hablando con Paula Aceituno, la orientadora laboral de la Fundación Amanecer.
Antes de empezar, queremos conocerte ¿quién eres? ¿A qué te dedicas? Cuéntanos un poco sobre ti
Paula Aceituno Dolz, nacida en Madrid. Estudié Técnico superior en Integración Social, hice prácticas en un Centro Ocupacional en Vallecas, colaborando en los talleres de psicomotricidad, estimulación cognitiva, habilidades emocionales, actividades de deporte, informática y oposiciones.
Después de estudiar el certificado de profesionalidad (nivel III) de inserción laboral a personas con discapacidad, colaborando con una fundación en Fuenlabrada y Móstoles, entré en la Fundación Amanecer como administrativa. Después de 9 meses, inicié mi labor como preparadora laboral, sin abandonar mis funciones de asistencia a la Dirección.
Durante mis casi 5 años he seguido formándome activamente. Durante 2 años hice dos niveles de lengua de signos española para poder comunicarme mejor con las personas sordas de nuestro centro, y para poder ampliar mis capacidades dentro del colectivo con la finalidad de poder ser más competente en el campo de la diversidad funcional.
¿Cómo es el día a día de una orientadora laboral? ¿Cuáles son tus funciones en el centro?
Cuando viene un nuevo usuario al COFOIL, se le hace una entrevista, la cual está enfocada al AIL (Área de Inserción Laboral). De esta manera conocemos un poco más su trayectoria formativa y laboral además de saber un poco sus inquietudes: si quiere trabajar o no, en el caso de querer cuáles son las ocupaciones que más le motivan, disponibilidad, etc. En el caso de querer formarse, ver qué cursos se pueden adaptar a sus gustos y/o capacidades.
Si finalmente se considera que puede formar parte de esta área, se le traza un plan de atención individualizado para empezar a trabajar sobre ello y se le va haciendo un seguimiento.
Todo esto se va registrando en unos documentos específicos del AIL (avances, retrocesos, dificultades, conversaciones entre la persona usuaria y la preparadora laboral, conversaciones con la familia, etc.)
Actualmente contamos con el proyecto KOIKI (mensajería sostenible, la cual se realiza a pie o en transporte público para evitar la huella carbono). Los usuarios con capacidades para este proyecto y que quieran participar, reciben una formación teórica (talleres prelaborales: cómo utilizar apps como Google maps, cómo mantener una conversación con un cliente, aprender a utilizar app KOIKI para la lectura de paquetes, etc.) para luego poco a poco ir llevándolo a la práctica (roll play de una conversación por teléfono, clasificación de paquetes por códigos postales, etc) complicándolo poco a poco más y haciendo un acompañamiento, al principio muy continuo, y poco a poco ir retirando el apoyo hasta que poco a poco puedan hacerlo de manera autónoma, sólo teniendo que pedir apoyo del profesional en momentos puntuales.
¿Por qué crees que es importante el papel de un orientador u orientadora laboral en lugares como la Fundación Amanecer?
Considero que todos necesitamos un apoyo para que nos orienten cuando estamos perdidos y nos sabemos qué rumbo tomar una vez que hemos acabado la etapa escolar, o cuando siempre nos hemos dedicado a algo en concreto, pero llegado a un punto en nuestra vida, queremos reciclarnos y hacer otra cosa totalmente diferente y que nos dé una salida que sea de nuestro agrado.
Creo que la figura del preparador laboral es importante por el hecho de hacer una función de orientación formativa y laboral, además somos una imagen importante de apoyo, acompañamos para que la persona usuaria vaya aprendiendo, gane confianza y seguridad y luego poderla tener sobre sí misma.
¿Qué es lo que más preocupa, en general, a las personas con condición de discapacidad intelectual o del desarrollo en su día a día?
A veces las familias pueden ser un obstáculo debido a la sobreprotección y miedos que puedan tener sobre su familiar. Es totalmente comprensible que teman que les ocurra algo “malo” y piensen que no van a saber salir de esa situación. Es por ello que pedimos, en la medida de lo posible, más confianza en los profesionales que trabajamos con ellos, ya que, si no, nos vemos en ocasiones muy limitados a la hora de poder trabajar en su plan individualizado y en lo que la propia persona usuaria quiere hacer por decisión propia. Siempre vamos a tener en cuenta las dificultades y límites del usuario, como cualquier otra persona sin discapacidad pueda tener.
Considero que con un buen equipo interdisciplinar y con la mayor involucración posible de la familia se puede mejorar el afrontar esas situaciones más tediosas. El apoyo de las familias es un factor muy muy importante por la influencia que tiene en la persona. Si la familia apoya y motiva a su pariente, eso crea seguridad en lo que hace.
¿Qué mitos crees que existen en la sociedad en relación con la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo? ¿Cómo podemos romper esos mitos?
Creo que se sigue pensando, que las personas con discapacidad intelectual no tienen capacidad de poder trabajar, no pueden tener disciplina, etc.
No creo que no puedan, pueden, pero en ocasiones necesitan de más tiempo para cumplir las competencias que tiene que llevar a cabo: repetir más veces la misma tarea hasta ser más autónomo, cumplir un horario enseñándole a calcular los tiempos para que le de tiempo a llegar, etc. A base de práctica las cosas salen.
Invitaría a gente de a pie, a vivir un día de trabajo (o no) de una persona con discapacidad intelectual y sepa en su propia piel cómo afrontan sus temores, cómo ellos mismos se autoexigen, cuáles son las zancadillas a las que se enfrentan muchas veces por falta de asertividad, empatía de los demás, etc.
Se pueden hacer muchas campañas de concienciación, pero creo que como mejor se puede entender a alguien es viviéndolo a su lado y experimentando los comentarios que tiene a diario. Ahí, es cuando la gente puede hablar con fundamento, desde mi más humilde opinión.
Y por último ¿Qué tres cosas crees que deberían ser prioritarias a la hora de buscar un cambio social hacia la inclusión?
Considero que tendría que haber:
- Una mayor concienciación social sobre los colectivos vulnerables
- Una mayor concienciación sobre la labor social tan grande que los profesionales hacen
- Un mayor grado de empatía.