Desde hace casi 40 años, cada 25 de noviembre se conmemora un día para sensibilizar y denunciar la violencia contra las mujeres en el mundo: el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Se eligió esta fecha para rememorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), tres activistas políticas asesinadas a manos del régimen dictatorial de Rafael Trujillo en la República Dominicana en 1960.
La violencia de género ha estado presente en nuestra sociedad desde hace siglos. De hecho, la primera orden de alejamiento impuesta por una mujer a su marido data de 1624. El feminismo ha logrado importantes avances en esta carrera de fondo, pero aún queda mucho por avanzar. Un aspecto clave es la educación, concienciación y prevención en materia de género desde edades muy tempranas.
¿Pero qué ocurre con esas mujeres y niñas que sufren discapacidad? ¿Son más vulnerables a la violencia de género? ¿Cómo podemos actuar para ayudarlas? En este artículo te lo contamos.
¿Cómo afecta la violencia de género a las mujeres y niñas?
La violencia de género se refiere a cualquier maltrato (sexual, físico, psicológico y económico) realizado a una persona por su género y puede ocurrir en cualquier ámbito. Es un tipo de violencia que afecta a las mujeres y niñas, siendo una de las formas de maltrato más extendidas en el mundo.
Puede ocurrir como violencia por un compañero sentimental, violencia sexual, matrimonio infantil, mutilación genital femenina, explotación sexual, acoso, etc., o de una forma menos visible como amenazas, coerción o manipulación. Todas ellas, con graves consecuencias para las víctimas.
Según Naciones Unidas, cualquier mujer o niña en el mundo puede sufrir violencia de género. Sin embargo, hay situaciones que agravan (crisis humanitarias, inestabilidad geopolítica, guerras…) y colectivos más vulnerables, como por ejemplo, las mujeres con orientación sexual o género fuera de lo heteronormativo (lesbianas, bisexuales, transgénero…), migrantes, refugiadas, de minorías étnicas, que viven en municipios pequeños o aquellas con discapacidad.
Mujeres con discapacidad y violencia de género en datos
La violencia de género persiste en muchos rincones del mundo actual y en gran parte es por la impunidad o las leves condenas a los agresores, además del silencio, vergüenza, menosprecio y discriminación que sufren las víctimas.
Solo en España, 1 de cada 2 mujeres residentes mayores de 16 años ha sufrido violencia en algún momento de su vida solo por ser mujeres, en concreto el 57,3 % de ellas según datos del Ministerio de Igualdad. Una de cada dos significa que casi la mitad de la población ha sido víctima de violencia de género en alguna de sus formas, y de ellas, el 99,6 % agredidas por hombres (pareja, amigo, familiar o desconocido).
Las mujeres que tienen una discapacidad acreditada son especialmente vulnerables a la violencia de género, tanto dentro como fuera de la pareja, según los resultados de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 del Ministerio de Igualdad. Un dato alarmante es que la discapacidad de muchas de ellas es consecuencia de los episodios de violencia perpetrados por sus parejas o exparejas (entre el 17,5 % y el 23,4 % de las encuestadas).
El mismo estudio concluye también que las mujeres con discapacidad acreditada y víctimas de violencia de género denuncian y han buscado más ayuda (médica, psicológica, servicios sociales…) que las mujeres sin discapacidad acreditada y que también han sufrido VFSEM (Violencia Física, Sexual, Emocional o Miedo). En resumen, que aunque las mujeres con discapacidad acreditada sean más vulnerables a este maltrato, también denuncian en mayor medida.
¿Cómo se puede trabajar la inclusión de personas con discapacidad y que han sufrido violencia de género?
De igual manera que se realiza con otros colectivos vulnerables, son personas que deben ser respetadas y escuchadas por igual.
La educación y la concienciación también son cruciales para que la ciudadanía no estigmatice ni discrimine a mujeres víctimas de violencia de género, tengan o no una discapacidad. Tener a mano la información adecuada ayuda a prevenir cualquier tipo de violencia, ya sea por las propias víctimas o por otras personas ajenas que denuncien la situación.
Desde la Fundación Amanecer, hacemos una labor de concienciación y educación centrándonos en la importancia de que los usuarios que pasan por aquí, conozcan perfectamente las distintas realidades y cuenten con herramientas útiles en caso de tener que pedir ayuda.
Además, es fundamental crear vínculos y fomentar la inclusión de las víctimas en cualquier ámbito es fundamental para su desarrollo personal y su bienestar. Eso hacemos en la Fundación Amanecer, trabajando codo con codo con personas que sufren una discapacidad intelectual o del desarrollo y ayudando a su inclusión en la sociedad. Buscar