La Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales o del Desarrollo (AAIDD) define la discapacidad intelectual o del desarrollo como “un estado individual que se caracteriza por presentar limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa, y por ser originada antes de los 18 años”.
En numerosas ocasiones, vemos a personas con creencias erróneas sobre esta condición y que, por desconocimiento absoluto, determinan que las personas con DID (discapacidad intelectual o del desarrollo) no son capaces de tomar decisiones o de llevar una vida independiente y autónoma. ¡Y nada más lejos de la realidad!
Cuando hablamos de autonomía, hacemos referencia a la capacidad de cada persona de decidir y llevar a cabo acciones de su vida cotidiana gracias al uso de sus propios recursos o habilidades. Como sociedad es esencial que dotemos de esa autonomía a las personas con DID, y podemos participar en esta transformación de diferentes maneras.
Autonomía en el entorno
Cuando hablamos de facilitar la autonomía, hablamos de que todo el entorno puede estar preparado para que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo puedan llevar a cabo su vida cotidiana de la manera más individual posible, para ello, existen multitud de recursos como:
- Lectura fácil
- Pictogramas
- Grupos de apoyo
- Transporte accesible
- Páginas web pensadas para la accesibilidad
- Oportunidades de participación social
Y muchísimas más opciones que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas que nos rodean.
Estrategias para promover la autonomía desde la Fundación Amanecer
Como bien sabes, promover la autonomía es una de las bases desde las que trabajamos en la Fundación Amanecer, y por eso llevamos a cabo diferentes actividades en torno a este objetivo que ayudan a las personas usuarias a desarrollar y mejorar habilidades que se pueden aplicar, después, en la vida cotidiana.
Una de estas actividades que llevamos a cabo es el taller de cocina, que por supuesto, va acompañado del taller de compras. Días antes de la actividad preparamos la lista de la compra con los ingredientes que necesitaremos para la receta programada, vamos al mercado y allí conseguimos todos los productos que vamos a utilizar.
Al llegar al taller de cocina, trabajamos en distintas recetas fáciles y sencillas que se pueden aplicar en el día a día de las personas usuarias de la fundación.
Además de esto, desarrollamos numerosas actividades en las que las personas usuarias pueden incorporar nuevos conocimientos y habilidades para la vida diaria, como talleres de lecto-escritura o cuentas y uso correcto del euro.
Aunque no podemos olvidarnos de algo: Todo lo que hacemos facilita la autonomía de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, desde las conversaciones individuales que tenemos con ellas, hasta los momentos de socialización, el uso de la tecnología, etcétera. Y ese es nuestro objetivo y la razón por la que hacemos lo que hacemos: para acompañar, apoyar, y permitir la mayor autonomía e independencia posibles de quienes nos rodean.