Como bien sabes, en la Fundación Amanecer trabajamos con personas adultas con condición de discapacidad intelectual o del desarrollo, sin embargo, no podemos olvidar que alguna vez, esas personas fueron niños y niñas y sus familias aprendieron a adaptarse y gestionar las nuevas etapas de la vida como pudieron, aunque, en muchas ocasiones, habrían agradecido un artículo como este.
La vida no viene con manual de instrucciones, y es muy fácil que nos perdamos por el camino entre tantas indicaciones, mensajes contradictorios, miedos y opciones que van surgiendo. Y sabemos que septiembre llega para arrasar con todo y meternos de lleno en la rutina, no sin antes hacernos replantear todo lo que ya está decidido.
Hoy queremos dar algunas indicaciones para las familias de niños y niñas con condición de discapacidad intelectual o del desarrollo que, en algún momento, serán las y los adultos que habrán disfrutado de una infancia plena en la que se han desarrollado sus habilidades y habrán podido adquirir técnicas y herramientas para llevar una vida lo más independiente posible.
¿Cómo hacer una transición al nuevo curso?
Antes de empezar, debemos conocer las opción de inclusión en un aula ordinaria o en colegios ordinarios para niños y niñas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Estos son:
- Escolaridad en aula estable, de integración, de educación especial.
- Escolaridad combinada.
- Escolarización en colegio de educación especial.
Y para explicarlo mejor, te dejamos este cómic sobre la educación de Plena Inclusión: Dibusoñar la educación.
Ahora bien, ¿cómo nos preparamos para este momento de llevar a nuestros hijos e hijas a un nuevo centro? ¿Cómo saber que estamos escogiendo bien? ¿En qué debemos fijarnos? ¿Cómo preparar el entorno y las rutinas antes del nuevo curso?
Preparación práctica de toda la familia
Necesitamos la sensación de control, por eso mismo, lo mejor que podemos hacer es ponernos en contacto con el centro escogido para solucionar las dudas que puedan surgir (que no serán pocas) y mantenernos tranquilos y tranquilas con toda la información que nos puedan facilitar.
Tanto si has escogido un colegio especial como si se trata de un colegio ordinario, es importante que nos aseguremos de que cuenta con un equipo multidisciplinar en el que podamos encontrar personal psicológico, pedagógico, terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas además entre otros.
Y además, todo este equipo debe ser consciente de que cada niño es único, por lo que el centro debe realizar una evaluación exhaustiva para determinar las necesidades específicas de cada alumno y diseñar un plan educativo personalizado. En este sentido, las adaptaciones curriculares del contenido y forma en la que se impartirá serán claves para lograr unos resultados óptimos.
Por supuesto, no nos cansaremos de destacar lo importante que es favorecer la autonomía por parte de las personas que rodean a esos niños y niñas. El centro debe trabajar para desarrollar al máximo las capacidades de cada uno de ellos, promoviendo su autonomía y fomentando su participación en actividades de la vida diaria, y profesionales del centro deben estar en constante formación para conocer las últimas novedades en el ámbito de la educación especial y aplicar las mejores prácticas.
Todo esto tiene sentido pensando en que, efectivamente, esos niños y niñas crecerán y deben estar preparados para la vida adulta. Por lo que es muy importante que el centro ofrezca herramientas y habilidades que le permitan alcanzar la mayor independencia posible.
Además de esto, también puedes preguntar por los vínculos existentes entre el centro y otros servicios de la comunidad, como centros de salud, asociaciones, etc., que ofrezcan una atención integral al niño y su familia.
Preparación emocional
Todas las personas necesitamos sentir la calma y la tranquilidad, y para eso en muchas ocasiones es suficiente con conocer los detalles de lo que nos depara el futuro, lo que nos da cierta sensación de control y nos hace contar con la preparación mental suficiente para abordar lo que venga. Y la infancia no es diferente.
Ahora que el nuevo curso nos pisa los talones, es el momento de hablar de emociones con los niños y niñas con condición de discapacidad intelectual o del desarrollo. ¿Existe miedo ante el cambio? ¿Nervios? ¿Quizás excitación? Enseñemos a los más peques a identificar esas emociones y acompañemos en todo el proceso, validando lo que sienten y creando un entorno seguro en el que expresarse.
En caso de que sea necesario, también podemos contar con ayuda profesional psicológica para ayudar a gestionar esas emociones y favorecer la confianza y comunicación dentro de la familia.
Facilita la adaptación
Los cambios bruscos nos desestabilizan, y pudiendo evitarlos ¿por qué no vamos a hacerlo? Si acompañamos en el proceso de adaptación y lo hacemos de manera progresiva, conseguiremos unos mejores resultados y los más pequeños de la casa aprenderán a gestionar la nueva rutina gracias a las herramientas que hemos ido aportando por el camino.
Primero es importante que escojas una buena rutina que se adapte a las necesidades familiares. ¿A qué hora nos despertaremos para ir al colegio? ¿La mochila se preparará por la mañana o estará lista desde la noche anterior? ¿Vamos a ir al parque antes de terminar las tareas o después? Una vez establecido el orden de cada actividad, debemos transmitirlo y explicarlo.
Para ello, puedes ayudarte de imágenes o pictogramas para ayudar al niño o niña a visualizar y a entender la secuencia de actividades diarias que va a realizar durante el curso. Por ejemplo: Nos despertamos a las 7.30 de la mañana, desayunamos, nos aseamos, cogemos la mochila y todo lo necesario y nos montamos en el autobús hasta llegar al colegio, entramos en clase…
Y lo podemos acompañar con refuerzo positivo destacando y reconociendo la importancia de los logros, por pequeños que sean, que vayan logrando.
Por supuesto, debemos adaptarnos a las necesidades del niño o niña y resolver todas las dudas que puedan ir surgiendo por el camino. En caso de que surjan muchas, también puedes acompañar a tu hijo o hija al colegio que ahora en septiembre empezará a formar parte de su vida, de esta forma, puede conocerlo mejor y sentirse menos desconcertado con el comienzo del nuevo curso.
¡Y ahora toca enfrentarse a los nuevos retos que traiga consigo este año! Si quieres saber más sobre el papel que tienen las familias en la aportación de herramientas y habilidades para la vida independiente, y cómo la infancia afecta directamente a la manera en la que las personas nos relacionamos de adultas, te recomendamos que le eches un vistazo a este artículo: apoyo y comprensión en la discapacidad intelectual por parte de la familia, y por supuesto, no te pierdas nada de lo que publica Plena Inclusión.