Se estima que cada día recibimos la abrumadora cantidad de información de unos 74 gigabytes. Esta cifra incluye desde datos digitales en nuestras pantallas, como redes sociales, correos electrónicos y noticias, hasta la información que recibimos en nuestras interacciones diarias y el entorno físico. ¡Todo esto es consecuencia de (o gracias a) la tecnología!
En un mundo tan digitalizado como el que vivimos, es imposible huir de la tecnología y, aparentemente, casi no existes si no formas parte de esta rueda de recursos, información, aparatos y datos constante. Así que si pensamos en una sociedad inclusiva, esta debe ser una pata fundamental, ya no hablamos de hacer inclusivos solo los espacios públicos y físicos, sino también de crear espacios digitales accesibles y herramientas tecnológicas fáciles de utilizar para todas las personas.
Somos conscientes de que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (DID) muchas veces se encuentran con grandes barreras para usar la tecnología y beneficiarse de sus ventajas. Por eso, la formación en tecnología para ellas es fundamental. Aprender a usar herramientas digitales les permite ser más independientes, acceder a la información y participar en la vida social y laboral.
¿Por qué es importante la formación en tecnología?
La tecnología está en todos los ámbitos de nuestra vida: en el trabajo, en las relaciones personales y hasta en la manera de entretenernos. Para que las personas con discapacidad intelectual también puedan beneficiarse de estos avances, en ocasiones necesitan formación específica y adaptada.
Con el uso de dispositivos y herramientas digitales, las personas con discapacidad intelectual pueden comunicarse mejor y tener acceso a más oportunidades para interactuar con otras personas, incluso de manera virtual. Esto les ayuda a integrarse socialmente y a desarrollar sus habilidades de comunicación.
Además, la tecnología permite que las personas con discapacidad intelectual hagan cosas por sí mismas, como gestionar su propio dinero, hacer compras en línea o incluso usar aplicaciones para transportarse. Esto promueve su autonomía y les permite participar en la sociedad de una manera más activa.
Sin olvidar que muchos trabajos requieren conocimientos básicos de tecnología, por lo que con una buena formación, las personas con discapacidad intelectual tendrán más posibilidades de acceder a empleos en los que pueden utilizar dispositivos y herramientas digitales.
En nuestro post «Tecnología accesible: herramientas para la inclusión«, te dejamos algunas páginas y aplicaciones que permiten que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo enfoquen su futuro profesional.
Beneficios de la formación en tecnología para personas con discapacidad intelectual
La tecnología puede hacer que las personas con discapacidad intelectual se sientan más independientes, ya que aprenden a hacer cosas por sí mismas, como enviar mensajes, hacer videollamadas o consultar información en Internet.
Con formación en tecnología, pueden acceder a oportunidades de trabajo que requieren conocimientos básicos en el uso de ordenadores o teléfonos. Además, si conocen bien ciertas aplicaciones o programas, pueden realizar tareas específicas en empleos adaptados a sus habilidades.
Cuando las personas con discapacidad intelectual aprenden a manejar la tecnología, ganan confianza. Saber usar las herramientas que se encuentran a su disposición, les hace sentir que tienen control sobre ciertas tareas y situaciones de su vida.
¿Cómo debe ser la formación en tecnología para personas con DID?
Para que una persona con discapacidad intelectual aprenda a usar la tecnología de manera efectiva, la formación debe adaptarse a sus necesidades y ritmos. Por lo que es fundamental que la formación use un lenguaje fácil de entender, sin términos complicados y con instrucciones claras y, si es posible, acompañarse de imágenes o ejemplos.
La formación debe dividirse en pequeños pasos que permitan a la persona aprender a su ritmo. No se deben enseñar muchas cosas al mismo tiempo, sino una cosa a la vez, hasta que la persona se sienta cómoda.
Además, el uso de apoyos visuales como imágenes, diagramas y videos ayuda a que las personas comprendan mejor. También es útil hacer demostraciones para que puedan ver cómo se usan las herramientas y aplicaciones.
Como ya sabemos, para aprender bien, no hay nada más efectivo que practicar, practicar y seguir practicando, por lo que es importante que la formación incluya ejercicios prácticos y que se repasen los temas varias veces.
En la formación, se deben usar herramientas y dispositivos accesibles. Algunos ejemplos son aplicaciones con iconos grandes, interfaces sencillas y botones claros. También existen dispositivos con opciones de accesibilidad que pueden facilitar su uso.
Estas formaciones pueden estar enfocadas en diferentes temas como el uso básico de teléfonos y tablets, así como de internet y las redes sociales o aplicaciones de gestión diaria, pero además es muy importante que pongamos el foco y un poco de energía en comprender y explicar bien todo lo que tiene que ver con seguridad en internet.
El papel de la Fundación Amanecer
En la Fundación Amanecer trabajamos a diario con las nuevas tecnologías e implementamos herramientas útiles y accesibles para que todas las personas usuarias puedan incorporar en su día a día diversas habilidades.
Durante estos últimos meses, se han ido desarrollando dos acciones formativas, una de nivel básico y otra intermedia sobre competencias digitales para mujeres, perteneciente al Convenio de subvención entre la Comunidad de Madrid y Plena Inclusión Madrid, para la formación en competencias digitales para el emprendimiento de mujeres, en el marco del plan recuperación transformación y resiliencia -financiado por la Unión Europea- Nextgenerationeu.
También estamos desarrollando ahora una tercera formación de nivel avanzado y, por si fuera poco, trabajamos de manera semanal en el aula de Redes sociales y uso de smartphone.
En definitiva, la formación en tecnología es una gran oportunidad para mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual. Con los conocimientos adecuados, pueden ser más independientes, comunicarse mejor, y encontrar oportunidades en el ámbito laboral. Además, esta formación les permite participar más activamente en la sociedad y disfrutar de las ventajas de la tecnología.
Formar en tecnología a las personas con discapacidad intelectual no solo las beneficia a ellas, sino que también crea una sociedad más inclusiva donde cualquiera tiene la oportunidad de aprender y crecer.